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Mostrando entradas de mayo, 2025

Airén

En el rincón del tiempo se esconde un suspiro, Donde la luna observa con su rostro de plata, Y las estrellas, como secretos, se entregan al abismo Mientras la noche susurra promesas calladas. El viento, errante, juega con las hojas caídas, Bailarinas doradas que no temen el invierno, Y cada paso que damos sobre la tierra ardida Es un eco lejano, un recuerdo eterno. La vida se desliza como un río profundo, Con aguas claras que ocultan los misterios del alma, Y en su corriente, naufragan los sueños del mundo, A veces firmes, a veces débiles, como la palma. En cada rincón, un horizonte por descubrir, Donde los días se mezclan con las sombras del pasado, Y el sol se levanta, dispuesto a partir, Pero siempre regresando, como el tiempo a lo amado. Las montañas observan con su mirada sabia, Consciente de que ciclo nunca se detiene, Y nosotros, fugaces, atravesamos la vía De un destino que no pregunta, solo mantiene. Y el amor, ese viejo visitante, Se posa en cada ges...

Florecilla

Ella miró su reflejo en el espejo. Sus ojos, llenos de vida, ahora parecían dos sombras. Había aprendido a maquillarse rápido, a cubrir moratones con base y sonrisas forzadas. Nadie nunca debía notar nada. “Tropecé con la puerta”, repetía. “Estoy bien”. Al principio eran palabras duras, luego empujones, después un miedo constante. Cada paso, cada palabra, podía ser un detonante. Aprendió a medir cada respiración, caminar sin hacer ruido. Su casa, la que un día fue su refugio, se convirtió en su propia cárcel. Una tarde, paseando por la calle, una desconocida le susurró: “No es tu culpa”. Unas palabras que la hicieron temblar. Una noche, cuando él llegó, no esperó a ver cómo era su estado de ánimo. Agarró una mochila que había escondido bajo la cama y salió. El corazón latiéndole en la garganta, empezó a correr sin mirar atrás. Hoy, desde su casa, con calma, y con las paredes llenas de luz, ella reconstruye su vida. Aún sanando sus heridas, pero aprendió a no bajar nunca más la mira...