Mi historia: 27 años de lucha y esperanza
Recuerdo como si fuera ayer el día que mi vida cambió para siempre. Tenía 27 años y mi mundo se vino abajo cuando me diagnosticaron una enfermedad renal crónica. No sabía qué significaba eso para mi futuro, pero sí que mi vida nunca volvería a ser la misma. Los años que siguieron fueron un constante ir y venir a hospitales, pruebas, medicamentos y tratamiento. Mi cuerpo se convirtió en un campo de batalla, donde la enfermedad y yo luchábamos por el control. Pero yo no quería rendirme. Me aferraba a la esperanza para poder ganar esa guerra.
El primer trasplante.
A los 33 años, después de años de lucha, llega la
oportunidad de un trasplante renal. Fue un momento de gran emoción y alivio.
Por fin pondría punto y final a la diálisis y empezar una nueva vida. Pero
sabía que no era el final de mi batalla. Sabía que el trasplante era una
solución temporal.
La pérdida del primer trasplante.
16 años después mi cuerpo empezó a rechazar el riñón. Fue un
golpe duro, pero no me rendía, sabía que había vivido 16 años más de lo que
había esperado, y que había tenido la oportunidad de haber tenido una vida
feliz.
Diálisis y la espera.
Volviendo a dializarme, mi cuerpo se debilitó y mi energía
se agotaba. Seguí luchando y esperando. Y después de 4 años, llegó la noticia
que había estado esperando: la llamada que había un riñón disponible para mí, y
así fue.
Mi lección aprendida.
Mi experiencia con la enfermedad renal me ha enseñado mucho
sobre la vida y sobre mí, que soy más fuerte de lo que yo pensaba. Me ha
enseñado a valorar la vida, cada momento y aprender de ella. Luchar por lo que
quiero y no dar nada por sentado. Mi enfermedad me ha enseñado que la vida es
un regalo y que debemos hacer todo lo posible para vivirla al máximo.
VIDA X VIDA
EL CORTOMETRAJE
Mancheguita